Leni, la mascota de la biblio

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sábado, 21 de diciembre de 2013

Una poesía para Navidad de Carmen Gil

REDONDILLAS NAVIDEÑAS

Baldomero el alfarero
va dando vueltas al torno
y mete y saca del horno
jarras, orzas y pucheros.

Luego los carga en el carro
y pregona por la aldea:
"Salga usted, vecina, y vea;
vendo cacharros de barro."

Anda muy entretenido
cociendo un caballo bayo,
siete canicas y un gallo
para un niño que ha nacido.

-Baldomero, llega enero-
le grita el pastor Francisco;
y llena el zurrón de cisco
para hacer un buen brasero.

    Su zagal cuida el rebaño. 
Catorce ovejas mamonas
corretean, juguetonas,
que este año fue un buen año.

Las mujeres en el río
frotan y frotan la ropa,
unas mucha y otras poca,
sin jabón, con agua y frío.

-Ya te habrán dicho, María,
que en el portal de Pascual
nos nació anoche un zagal
que dicen que es el Mesías.

-Lola, la del panadero,
dice que es un churumbel
bonito como un clavel
y alegre como un lucero.
 -En cuanto haga la colada
me voy a freír pestiños
pa llevárselos al niño
que nació de madrugada.

Fermín se baja del mulo.
A este pastor tan cagón
le ha dado un retortijón
y se le está helando el culo.

-Vamos deprisa, Fermín,
que bajan por la pendiente
tres Reyes Magos de Oriente
a ver al chiquirritín.

-Van montados en camellos
cargaditos de tesoros;
llevan mirra, incienso y oro
y quiero llegar con ellos.

Qué ruido y qué jaleo
va montando Ceferina
con su montón de gallinas
y su alegre cacareo.

- Co coricá coricó,
vamos finas y emplumadas
para ver a la alborada
al pituso que nació.

Ocupado y afanoso,
se choca de vez en cuando,
mientras va y viene volando,
un angelito patoso.

Este dulce querubín,
aunque nieve, truene o llueva,
va a llevar la buena nueva
del uno al otro confín.
Tres traviesos arrapiezos
para hacer carbón de fragua,
antes de que caiga el agua,
recogen ramas de brezo.

El herrero Juan el Lento
está haciendo una veleta
roja, amarilla y violeta
que gire cuando haga viento.

A esta paso va a acabar
para cuando el niño ande
y lo va a pasar en grande
con su girar y girar.

Con el cuerpo dolorido,
por fin llegan los monarcas
cargaditos con sus arcas
a ver al recién nacido.

María canta una nana;
José arropa a la criatura;
y una calida hermosura
ilumina la mañana.

El buey muge estremecido
porque le da un repeluzno.
La mula lanza un rebuzno.
Ríe el niño divertido.

Rebulle toda la aldea.
El pueblo entero es dichoso.
-¡Que les crezca el niño hermoso!
-Gracias, y usted que lo vea.

  Autora: Carmen Gil (www.poemitas.com)
 

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